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Por: Karen De La Cruz

La capital Libanesa sufrió una devastadora explosión el pasado martes, en dónde 137 personas fallecieron al fatal ataque, además de dejar 5 mil personas heridas.


En días pasados, el presidente del país Emmanuel Macron en Beirut dió un recorrido por el sector portuario en donde fue este lamentable hecho, la mayoría de la población saco sus emociones en donde le gritaron al presidente que “que se acabe la revolución”. Son palabras conmovedoras después del devastador evento.


Así mismo el presidente Macron, le aseguro a la comunidad que pondría fin a las malas decisiones políticas y recrearía nuevas reglas, en donde no exista diferencias de clases y el conflicto político se acabe.
Los asistentes al recorrido del presidente por las calles del Líbano hechas pedazos, manifestaron constantemente la caída de la elite política del Líbano que se ha venido popularizando durante el levantamiento nacional a fines del año pasado.


Ayúdenos», declaró un hombre, refiriéndose al presidente libanés. Una mujer gritó palabras inaudibles a centímetros del rostro de Macron. «Son terroristas», llegaron los repetidos gritos.


Estas fueron las reacciones de las personas dolidas, que perdieron a sus familias y amigos, está explosión del pasado martes arrasó con la ciudad, dañando muchos de sus edificios, dejando a los vecindarios en ruinas.

¿Qué pasó?


Muchas son las hipótesis y especulaciones las que se hacen al respecto de la explosión, sin embargo, el presidente Libanes, prometió realizar una investigación clara y transparente, asegurando que los responsables tendrán un castigo correctivo y severo.


Una de las hipótesis es resolver la incógnita del porque se permitió almacenar cantidades tan grandes de una sustancia química peligrosa alrededor del puerto y la ciudad, todo esto sin ninguna medida de seguridad.


Por su parte, Jad Chaaban, profesor asociado de economía en la Universidad Americana de Beirut, dijo que «este es un ataque criminal del estado gobernante». «Han cometido un delito al almacenar estos nitratos durante más de una década allí, sin rendición de cuentas», dijo Chaaban, y agregó que existe una creciente ira entre la gente.


Ahora bien, la gente regresará a sus hogares, llenos de cenizas, destruidos, con vidrios rotos, camiones y autos quemados, se espera que el gobierno pueda reparar esta perdida y no se quede todo en medio de la impunidad.

La explosión del martes destruyó gran parte del puerto costero, el área en las inmediaciones de la explosión se asemejaba a un páramo humeante con un cráter de 400 pies de ancho, y las conchas vacías de edificios de apartamentos que marcaban el horizonte de la ciudad.


El jueves, diferentes grupos de jóvenes voluntarios que llevaban escobas y palas llenaron las calles de algunas de las áreas más afectadas para limpiar los escombros. Algunos llegaron de ciudades lejanas para repartir ayuda.
Se continuará con la limpieza, pero se tiene claro que no va hacer fácil regresar a la normalidad, menos en estos tiempos de Covid-19, en donde las personas no tendrán como cubrirse la cara con máscaras y tampoco tendrán medicinas. Por el momento queda, orar por la capital libanesa y esperar que la información salga a la luz y asimismo se pueda recuperar la ciudad en un 100%.

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